Los diplomáticos argentinos comenzaron a implementar este lunes sus medidas de fuerza contra el cobro del Impuesto a las Ganancias que empezaron a pagar en el plus que reciben cuando prestan servicios en el extranjero. Además de ir a la Justicia, seguirán en lo que definieron como “estado de alerta y movilización”.
Las medidas de fuerza incluyen dos horas de «jornada laboral reducida» tanto de los funcionarios que trabajan dentro del país como en el exterior desde este lunes 12 al jueves 15. Lo materializarán retirándose antes del trabajo.
También prometieron abstenerse de manera masiva en su presentación en las próximas licitaciones de traslado al exterior, lo que generaría problemas logísticos en el esquema de rotación. Por otra parte, muchos de los que se encuentran ya afuera dicen que si el impuesto sigue vigente, no podrán afrontar los gastos y pedirán volver al país.
En la Cancillería impera un clima de inmenso enojo con el Gobierno nacional y con la canciller Diana Mondino, con quien hubo reuniones hasta último momento.
El viernes pasado, en la Asamblea del Apsen votaron por 321 votos a favor -hubo 61 en contra- más medidas, que podrían incrementarse si no hay negociación. En sus recibos de sueldo van a escribir su disconformidad, van a efectuar petitorios de suspensión de la aplicación del Impuesto a las Ganancias en ese adicional por costo de vida en el exterior. Van a llenar de carteles lo que puedan y van a hacer avisos campana en redes.
«El Apsen continúa en estado de Asamblea Permanente y adopta un cuarto intermedio a fin de mantener estado de alerta y movilización y los trabajos del Comité de crisis, sin perjuicio de estar abierto a la continuación del diálogo con las autoridades». Armaron un comité de crisis y el próximo jueves tendrán otra asamblea.
Las medidas se adoptaron en la última asamblea de la Asociación del Profesionales del Servicio Exterior (Apsen) el viernes pasado y comenzaron cuando el Gobierno reglamentó el Impuesto a las Ganancias tras la aprobación de la Ley Bases. Lo que se hizo fue eliminarles la excepción a los diplomáticos en servicio en el exterior. Sólo conservaron los antárticos y los trabajadores de pozos petroleros, dos sectores mimados por el gobierno de Milei.
Los funcionarios del Servicio Exterior de la Nación (SEN) reciben un sueldo país (lo que percibiría por sus funciones en el país calculado en pesos) y cuando salen al extranjero ganan un adicional en dólares que se calcula por costo de vida en el país al que van y en base a un sistema de Naciones Unidas. Es para que cobren como todos los diplomáticos en el exterior de cualquier país y según el costo de vida.
Los diplomáticos en el exterior pagaban Impuesto a las Ganancias sobre la base del sueldo país, pero no sobre ese plus en el exterior. El Gobierno derogó el artículo de la anterior normativa que exceptuaba del pago de Ganancias. Lo deben pagar desde el 1 de julio, o sea de manera retroactiva.
Los rangos más bajos, sobre todo los consejeros que ganan entre 5.000 y 6.000 dólares, y que constituyen la base más amplia entre poco más de 1.000 diplomáticos de carrera afirman que con un descuento de ganancias en el exterior de casi el 23 por ciento del sueldo los lleva a no poder afrontar sus gastos básicos, casa, escuelas, cuando tienen hijo. También el pago por adelantado de los gastos médicos, porque no tienen seguro pagos por la Cancillería. Deben pagarlo ellos y luego esperar a que se los reintegren.