Dalila Colella fue una de las muchas bomberas y bomberos voluntarios de Córdoba y del país que participaron del operativo de rescate tras el trágico derrumbe del hotel en Villa Gesell.
Solo dedicaban esas horas para buscar a personas. Los brigaditas que acudieron al siniestro formaron tres grupos diferentes con cuatro horas de operativo cada uno. Al turnarse, Dalila disponía de ocho horas de descanso para refugiarse en un campamento con cocina, baños y camas.
Dalila es una jovencita de 23 años que vive en Jesús María y decidió apuntarse como aspirante porque “toda su vida sintió la necesidad de ayudar al prójimo”.
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A pesar de ser una niña que soñaba con ser bombera, algunos le dijeron que al no ser remunerado “no es una profesión”.
Insistió en su sueño e ingresó al cuartel de Jesús María en el 2022, mismo año en el que se egreso de profesora de Educación Física.
“Hoy en día recibida puedo decir que si es una profesión, no remunerada, pero una profesión porque tenés que capacitarte mucho”, manifestó.
Luego de dos años de capacitación logró asumir como aspirante, para luego pasar a ser parte del cuerpo activo de bomberos.
Dalila contó que “es difícil salir del trabajo” para poder asistir a los operativos. En su caso contó que sus patrones son “flexibles” pero que muchas veces es una situación complicada que afecta a muchos bomberos.
Aprovechó para invitar a otros jóvenes a formar parte de una profesión que además de salvar vidas, es un orgullo para quién la práctic