Córdoba, 0 grados, pleno invierno…
El grupo de WhatAapp está tranquilo, hasta que se dispara el primer mensaje.
“¿Se entrena, profe?”, pregunta uno de sus tantos integrantes. La respuesta no tarda en llegar. “No paramos nunca. Los espero a todos a las 19.30″, responde Eduardo Larghi, licenciado en Educación Fìsica y reconocidísimo preparador físico que dio el fútbol de Córdoba.
“Edu” trabajó durante 20 años en Talleres, entre inferiores y Primera hasta convertirse en jefe del área (fueron 12 temporadas). Luego, acompañó a la experiencia inicial de Mauricio Caranta en Instituto, pasó a Liga Profesional como parte del cuerpo técnico de Diego Flores en Godoy Cruz, hasta que retornó al club de Alta Córdoba para cumplir funciones en reserva de AFA.
A eso de las 19.30, habrá entrenamiento en el complejo Elenia, el lugar elegido. En el sintético hay conos, cintas, bandas, pelotas, cae agua nieve y la sensación térmica es de -2 grados.
No hay excusas. De a poquito, la muchachada va llegando. Rafael, Santiago, Andrés, “Lucho”, Damiano, Demian, Leo; luego, “el Ninja” Javier, Carlos, Juan Manuel, Eduardo, Matías I y II, Mario, Eduardo, Luisao, Sebastián, Gustavo, Diego, Andrés, Ronald, Martín y todos.
Vienen de distintos equipos y campeonatos diferentes, como Campa, Ucfa, Abogados, Contadores, etc. O del equipo más grande del mundo. ¿Cuál es? El de los que juegan desde siempre. El de aquellos que quieren seguir haciéndolo, sin lesionarse en el intento.
Van llegando, de a poco. Cruzan la reja y cada uno fija un lugar para poner el bolso.
Históricos y nuevos, veinteañeros, de 30, 40 y pasando los 50. Visten con térmicas, dos pantalones o con lo primero que encontraron. La indumentaria es de varios colores. Predominan el negro y el azul, algunos con camisetas de Talleres, Belgrano, Instituto, Racing, Juniors, Boca, River, Independiente, Huracán, Barcelona y Real Madrid, etc.
Es igual. Total, en la entrada en calor, empiezan a volar las prendas hasta quedarse con una sola remera. Lo que no cambia es la pasión por el juego. Es lo que se lleva adentro.
No son profesionales, como ya se dijo, pero “Edu” los entrena como tales. De vez en cuando, aparece alguno o alguien retirado hace poco. Pero la muchachada estable es netamente amateur.
Hace frío. Se congela el aliento.
¿Qué los mueve a estar ahí con semejante temperaturas? ¿Que muchos de ellos odiaban entrenar? ¿Por qué ahora les parece hermoso?
“El fútbol es de todos y de nadie. Fue, es y seguirá siendo hermoso. Pero mucho mejor es si se puede disfrutarlo. Eso es lo nuevo. Entrenar te hace ser competitivo y prevenir lesiones. El triunfo es poder seguir jugando. Ya sea en una liga amateur, en sus distintas categorías o para ir a jugar el picado con los amigos y hasta con los hijos. Realizar ejercicios de estiramientos y movilidad articular, de fuerza, entrar bien en calor antes de cada partido es vital para poder seguir jugando. Hay gente que en su vida entrenó para jugar, pero le agarró el gusto. Otros que lo hicieron de más chicos, dejaron y retomaron”, afirma Larghi, quien los entrena martes y jueves.
El turno noche arranca a las 19.30 y el de la mañana a las 7.30. Estos espacios son parte de la Academia de Fútbol que Larghi creó en el nuevo complejo Elenia, donde también funciona la escuela de fútbol, entrenamientos de arqueros y los entrenamientos específicos a los que acuden jugadores federados amaterus y profesionales para mejorar su rendimiento.
“Eh profe. vi la entrada en calor del City. Es cómo se hace acá”, tira Demian.
¿En qué consiste el entrenamiento? Entrada en calor, estiramientos de distintos grupos musculares, ejercicios de movilidad articular, fuerza , de velocidad , trabajos físicos técnicos, conceptos tacticos ,de resistencia con y sin pelota, rondos, reducidos y todo lo q hace un jugador profesional pero con otra intensidad .
“Dale Julioooooo”, grita el “profe”.
Es un clásico. Julio viene de trabajar en la Coca o divide la jornada para no perderse el entrenamiento. Casi siempre viene acompañado por sus hijos, que son una flecha. Hará una entrada en calor más corta y otros ejercicios para engancharse con el grupo, más adelante. El grupo labura con todo. No hace frío ni calor. No hay peros. Sólo existen el reto del esfuerzo fìsico y de cómo valorarlo.
“Puenteeeeee”, piden varios para quien llegó tarde pero, esta vez, habrá excepción. Parece que ese castigo solamente quedará para los nuevos o los que volvieron. Serán ellos quienes pasen por abajo de la formación humana en la que recibirán algunas “caricias” en el lomo como bautismo.
No se habla más, llega la exigencia. El profe, que llegó hace rato, llenó una cancha con conos, discos, vallas y cintas. El frío se irá rápido, habrá un agite importante.
Larghi tiene un equipo de colaboradores que integran su amigo Paulo Garletti (también de los mejores que dio la plaza Córdoba y que acompañó durante muchos años a Darío Franco) más los jóvenes Alejandro, Agustín, Ignacio y Lucas Navarro (jugador y profesor de Argentino Peñarol), quienes están a la mañana
“Edu” pilotea esta iniciativa que lo convirtió en uno de los pioneros de este fenómeno del “entrenar para jugar”…
No todos están al mismo nivel, pero los profesionales harán una adaptación. Inclusive para aquellos que vienen con alguna molestia muscular. Se ven progresos, la lucha es de igual a igual contra uno mismo.
Y eso es ganar.
Para ellos, nada importa más que llegar al martes y al jueves. Con agua nieve o calores extremo, con lluvia o sol, viento y quietud se entrena todo el años en todas las estaciones del año.
“¡¡¡Pecherassss!!!”, grita “el profe” y todo se empieza a poner lindo. Vienen los “fundamentos”. Es hora para aprender a controlar la redonda, perfilarse mejor y darle seguridad a los pases.
“Siempre se aprende en el fútbol. Es como en la vida”, afirma Larghi. ¿No se juega? Sí, sí. Será en los últimos 20 minutos. Falta un rato. Pasadas, piques y saltos es lo que sigue. Luego, viene el partido. Breve, pero bueno, intenso y particular. Se trata de dos equipos de siete u ocho que deben cruzar la mitad de la cancha para poder convertir o para que el tanto rival no valga doble.
La variante es muy exigente: persecuciones en toda la cancha. “Te maaaaata”, dicen todos. Sin excepción.
Es el último esfuerzo. La competencia esperada. No habrá perdedores, solo un día ganado.
Explota
Crónica e imagen se repiten en varios sectores de la ciudad. Hay más de cien grupos que entrenan de mañana, mucho más a la tarde y ni hablar a la noche. Costanera, Parque Sarmiento, de las Naciones, Las Heras, San Martín, plazas de barrio; complejos de fútbol, en canchas de siete, nueve y 11; en boulevares, aprovechando el césped de sus canteros.
Uno o dos profesores, al frente de un grupo de cinco, 10, 20 y hasta 30 personas, en el que conviven jugadores de todas las edades. O casi. No todos podrán hacer los mismos ejercicios, pero habrá adaptaciones. El ejercicio es combustible del bueno para ir a laburar al día siguiente pensando en jugar el finde e iniciando la cuenta regresiva hasta el nuevo entrenamiento. El costo es accesible. Entre 20 y 35 mil pesos mensuales.
No hay estadísticas para mensurar este fenómeno, pero está claro que hay una explosión.
La inserción de profesionales es cada vez mayor y también específico. Juan Carlos Olave y Esteban González habían armado un proyecto en el predio de Las Palmas para jugadores libres. Se retrasó un poco porque “Juanca” fue a dirigir Racing y “Tete” estuvo de DT alterno a Gimnasia LP, pero ahora lo retomaron.
¿Más? Antes de irse a Rosario Central, Alexis Olariaga, otro respetado profesional cordobés y con roce internacional, también se asomó el “entrenar para jugar”.
Alexis acompañó a Alexander Medina en Inter de Porto Alegre y Vélez, después de su primera gestión en Talleres. Olariaga, con pasos por Belgrano, Racing y el fùtbol chileno, hizo base en el gimnasio Quality.
¿Y el fútbol femenino?
En otro Primer Plano, se trató el fenómeno de las escuelas de fútbol femenino en Córdoba, pero poco se sabe de grupos de jugadoras libres de distintas edades que entrenen bajo las órdenes de un preparador fìsico. “Las prácticas que mayoritariamente de equipos que sí cuentan con entrenador y PF, pero poco se conoce de entrenamientos grupales con mujeres de distintas edades, que compitan o no en ligas amateurs. No es lo ocurre con varones, pero más temprano que tarde eso empezará a darse”, dijo Fernando Agüero, coordinador de la Liga de Fútbol Femenino (Lifufe).
“Se ve personal trainers con grupos de dos y tres chicas. Es algo incipiente. Que sea para distintas edades es algo que tendrá desarrollo en un tiempo no muy lejano. Pero está claro que, a determinada edad, hay que entrenar para poder seguir jugando”, agregó Agüero.
“La verdad es que no existen grupos que hagan entrenamientos específicos de fútbol que no sean los que juegan en equipos amateurs. Nosotras lo hacemos, para adultas, pero la mayoría no juega en torneos externos. No hay de todas las edades. Si empiezan con nosotras y después pueden irse. Pero la mayoría va a entrenar y a pasarla bien, y a jugar amistosos cada tanto”, agregó Candela García Masjoan, del Campus, la Academia de fútbol femenino.