Fabián Castro, un cordobés de 45 años, llegó a Ucrania en marzo y se unió al ejército de Volodimir Zelenski como voluntario para luchar contra la invasión rusa. Castro ya tenía experiencia militar como tanquista en Argentina. Sin embargo, se desilusionó y trabajó en el sector privado durante 15 años antes de decidir unirse a la lucha en Ucrania.
Después de contactar con la embajada ucraniana en Argentina, Castro emprendió un largo viaje para llegar al país en guerra. Inicialmente, su motivación pudo haber sido económica, pero ahora se dedica a defender la situación de los hispanos que combaten en Ucrania. Castro recolecta dinero y atiende las necesidades de sus compañeros, luchando por el reconocimiento de sus derechos.
Castro describe la guerra como una experiencia dura y alejada de la idea de “dinero fácil”. Los combatientes extranjeros pueden ganar un mínimo de U$S 800, que podría aumentar a U$S 3.000 si llegan hasta el final del conflicto.
Castro ha estado en el frente oriental de Ucrania, donde se libran intensas batallas. Una de las experiencias más difíciles que ha vivido fue en Jarkiv, donde presenció la muerte de 26 militares en un bombardeo a un cuartel. Se sospecha que la ubicación del cuartel fue revelada por mujeres rusas que se hacían pasar por interesadas en relaciones románticas con los soldados latinos.
Castro admira profundamente a su compañero de combate Nassar Kuzmin, otro argentino que lidera un batallón contra los rusos. Nassar, que vivía en El Calafate con su hermano Taras, quien murió en combate en 2022, tiene una recompensa por su cabeza. En honor a Taras, se colocó una bandera argentina en la plaza del Maidan, la única en el lugar.
De los 25 argentinos que se unieron a la lucha en Ucrania, solo quedan 13. Se estima que hay alrededor de 14.000 latinoamericanos combatiendo en Ucrania, de los cuales 12.000 son mercenarios colombianos. También hay un batallón de venezolanos que se hacen llamar “Batallón Bolívar”.