jueves, 26 diciembre, 2024
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Rodri Hernández, la normalidad bañada en oro

Álvaro Morata falló de nuevo. Pero esta vez fue en su vaticinio. El delantero del Milan había advertido que «si Rodri tuviera redes sociales, sería Balón de Oro». Recomendación que no convenció al centrocampista madrileño, que sigue sin redes sociales, pero que ya tiene el Balón de Oro en contra de lo que sospechaba Morata.

El complejo golfístico de Der Öschberghof, hogar de la selección española en Alemania, distaba poco más de un kilómetro de las instalaciones del SV Assen, club de regional cuyo campo de entrenamiento convirtió la selección en su fortín en la Selva Negra. Paseo por un frondoso paraje que algunos jugadores completaban en furgoneta y otros, como Rodri y ocasionalmente el propio Morata, pedaleando junto a los trabajadores de la Federación. ‘Los globeros’, les bautizaron de broma Lamine y compañía dentro del vestuario.

Rodrigo Hernández Cascante, en su rol de vicecapitán y líder, protagonizó el 14 de junio la primera rueda de prensa oficial en la Eurocopa, en el majestuoso estadio Olímpico de Berlín, escenario cargado de historia en el que ofreció una intervención muy futbolera: «El liderazgo y la capitanía no tienen un patrón que seguir. Un líder debe tener calma en los momentos de tempestad y aportar luz cuando la gente no confía. Es quien intenta que nadie se baje del carro». Para después verbalizar por primera vez el objetivo de España: «Venimos a ganar la cuarta Eurocopa. Sabemos todo lo difícil que va a ser. Pero si haces las cosas bien, puedes alcanzar la meta por muy lejos que esté».

Rodri levanta el trofeo de la Eurocopa conquistada con la selección española. / CHRISTOPHER NEUNDORF / EFE

Eurocopa, lesión y Balón de Oro

Han pasado seis meses desde entonces y a Rodri le ha cambiado la vida. El 14 de julio se proclamó campeón de la Eurocopa tras ganar a Inglaterra una final de la que se retiró lesionado al descanso. El 22 de septiembre se rompió el ligamento cruzado de su rodilla derecha en un partido de la Premier, y ayudado por las muletas recogió el 8 de noviembre el Balón de Oro que todos daban por hecho que se llevaría Vinicius. Un hito en la carrera de un jugador discreto que se ha convertido en imprescindible desde la normalidad. Imprescindible sobre todo para un Manchester City con el que encadenó 74 partidos sin perder y ahora, sin su presencia, se ha desmoronado sumando siete derrotas y una sola victoria en los últimos once encuentros.

El pasado 29 de noviembre Rodri, sentado junto a un otro insigne convaleciente, Dani Carvajal, observaba con los ojos vidriosos el estreno del documental que ha realizado Amazon Prime sobre la consecución de la Eurocopa de Alemania con un cámara empotrada con la selección española. «Nunca olvidaremos este verano. No solo por lo que ocurrió en el césped también por lo que ocurrió fuera de él. A Alemania fuimos un grupo de jugadores y de allí volvimos una familia», advertía en el coloquio posterior ataviado con un vaquero y una sudadera en el salón Luis Aragonés de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.

Rodri, con el balón de Oro. / EFE

Rodri confiesa que ahora que está lesionado ve más fútbol que nunca. Descubre, estudia, aprende… Y eso, viniendo de alguien que cada noche de partido se encierra en el salón de casa a repasar cada jugada del encuentro que acaba de jugar, es mucho decir. La ‘guardiolización’ de Rodri tiene mucho que ver con eso. El madrileño y el de Santpedor hablan mucho de fútbol, de movimientos, de estrategia, de lecturas de partidos… También lo hace en la selección, donde su cómplice favorito es Pablo Amo, el ayudante de Luis de la Fuente y el hombre que abre con su bisturí a los rivales. «Están haciendo justo lo que nos dijo Pablo que iban a hacer», advierte un jugador en el documental de la Eurocopa al descanso de uno de los partidos.

Amo, antiguo central de aquellos que los sudamericanos llaman ‘tiempistas’ por su capacidad de anticipación a las jugadas, confirma el estajanovismo de Rodri. «Se involucra mucho en los análisis tácticos y en la propuesta de alternativas de juego. Lee muy bien el fútbol y comunica bien a los compañeros, lo que nos ayuda sobre el césped. Es un jugador que aporta muchos más intangibles que su juego con balón al equipo», apunta el segundo entrenador de la selección.

Segundo en The Best

Rodri sigue siendo un tipo corriente fuera del campo. Sin redes sociales y sin tatuajes. Licenciado en la carrera de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Jaime I de Castellón, la empezó mientras jugaba en el Villarreal y la terminó militando en el Manchester City, realizando muchos viajes para completarla. Allí, además, conoció a Laura, su pareja. Ahora sabe que cuando se retire del fútbol su nombre descansará en uno de los palmarés más selectivos del fútbol mundial, el de los Balones de Oro.

Rodri también fue segundo en el premio de la FIFA, The Best, en el que los seleccionadores y los periodistas le dieron más votos que a Vinicius, pero el brasileño se lo llevó al barrer en el voto de los aficionados. Dos estilos de fútbol completamente opuestos, uno que se fija en lo que pasa en el césped y el otro que prioriza el show que ocurre fuera de él. Y Rodri es, de lejos, uno de los primeros. Cambió su Opel Corsa de segunda mano, que conoció las calles de Manchester, por un A4 que le ha durado muchos años. Hoy conduce un coche eléctrico bastante discreto. Así es Rodri, un tipo normal bañado en oro.

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