Cada 2 de junio se celebra el Día del Bombero Voluntario en Argentina, una fecha que conmemora la creación del primer cuerpo de bomberos del país hace 141 años: la Sociedad Italiana de Bomberos Voluntarios de La Boca, nacida en 1884 con el lema “Querer es poder”.
En Córdoba, la historia de los bomberos voluntarios comenzó en 1937, como respuesta a una necesidad creciente frente al avance urbano. Hoy, el territorio provincial cuenta con más de 5.000 voluntarios repartidos en 190 cuarteles, nucleados en dos grandes instituciones: la Agrupación Serrana y la Federación de Bomberos Voluntarios de Córdoba.
Su labor, muchas veces silenciosa, se vuelve visible en cada emergencia. Cuando el fuego arrasa, cuando hay que rescatar, contener o salvar, son ellos quienes llegan primero. Coordinan acciones junto al Ministerio de Seguridad a través del Plan Provincial de Manejo del Fuego, una red que articula recursos, vehículos y tecnología con un único objetivo: proteger la vida.
En el Cuartel N° 69 de Villa del Dique, departamento Calamuchita, los testimonios reflejan una vocación que trasciende edades, géneros y profesiones. “Sabemos lo que puede pasar, pero también lo que tenemos que hacer. Ser bombero es toda una vida dedicada al prójimo”, expresó el cabo primero Eduardo Villafañe, de 59 años.
A su lado, la joven Constanza Olivares, de apenas 18, resumió en pocas palabras la raíz profunda de esa elección: “Es una chispa difícil de explicar. Los que nos unimos al cuartel decidimos no esconderla”.
La familia también forma parte de esta red silenciosa. Apoya, teme, sostiene. “Cada vez que acudimos a una emergencia no hay certezas. Solo sabemos que salimos, pero nunca si volvemos. Igual mi familia me acompaña siempre”, compartió Yamil Acuña, miembro de la última camada incorporada.
En algunos casos, esa pasión se transmite de generación en generación, como un legado. Y se fortalece con formación continua. Las capacitaciones, impulsadas por la Policía de Córdoba y la Secretaría de Gestión de Riesgo Climático, son permanentes y abarcan desde rescates en altura hasta procedimientos con aeronaves. Brenda Romero, también parte del cuartel de Villa del Dique, destacó: “Capacitarse es una forma de mejorar el servicio que le damos a la sociedad”.
El Día del Bombero Voluntario es mucho más que una efeméride. Es un recordatorio de que hay personas que, sin obligación alguna, eligen estar donde nadie más quiere estar: al lado del riesgo, del otro, del deber.