Aunque el invierno avanza y las temperaturas descienden, Córdoba muestra otro tipo de calidez en sus calles. En los paseos del centro, en las plazas, en los cafés, e incluso en los gestos simples como un mate compartido o un abrazo con bufanda, la ciudad mantiene su pulso vital.
Vecinos y turistas aprovechan los días fríos para disfrutar con abrigo: caminan por el centro histórico, se reúnen en parques, acompañan a los niños en juegos al aire libre o pasean a sus mascotas vestidas para la ocasión.
La imagen urbana se transforma en esta época del año, con mantas sobre los hombros, gorros tejidos, tazas humeantes y encuentros espontáneos que siguen marcando el ritmo cotidiano.
Córdoba, aún en invierno, sigue siendo un escenario de movimiento, afecto y disfrute al aire libre.