Para disfrutar de un día de invierno, es crucial abrigar y cuidar las partes del cuerpo más vulnerables al frío y que influyen en la regulación de la temperatura corporal.
Protección de la piel en invierno
El frío y las zonas acras
En días extremadamente fríos, lo más importante es proteger las zonas acras o acrales: manos, pies, nariz, orejas, mentón y mejillas. Estas áreas son las primeras en sentir el frío debido a su sensibilidad a las bajas temperaturas, lo que las hace más propensas a congelarse.
La piel actúa como un indicador clave del peligro que representa el frío. Si sientes que tu piel te quema, es una señal de que el frío está siendo dañino.
Cómo actuar ante el frío extremo
Si sientes frío en una zona específica y notas síntomas como entumecimiento, evita frotar la piel o acercarla al fuego directo, agua caliente o secadores de pelo, ya que la falta de sensibilidad puede causar daños mayores. En su lugar, sumerge la zona en agua tibia y muévela lentamente. También puedes abrigar la parte afectada con prendas secas, preferiblemente de lana o algodón.
Los sabañones
Los especialistas advierten sobre los sabañones, una inflamación dolorosa de los pequeños vasos sanguíneos de la piel, causada por la exposición repetida al aire frío. Los sabañones pueden provocar picazón intensa, manchas rojas, hinchazón y ampollas en manos y pies, y generalmente se curan espontáneamente en una a tres semanas.
Partes del cuerpo que más sufren en invierno
Manos
En invierno, las manos están constantemente expuestas al frío y los lavados frecuentes. Como resultado, pueden secarse, agrietarse y presentar rojeces, escozor, dermatitis e incluso sabañones. La mejor forma de protegerlas es usando crema de manos y guantes cuando estés al aire libre.
Labios
El viento, el frío y la exposición prolongada al sol pueden afectar la delicada piel de los labios, haciéndola resecarse, cuartearse y agrietarse. Para mantenerlos hidratados y nutridos, utiliza un bálsamo labial con protector solar.
Nariz, mejillas y mentón
Estas áreas de la cara son propensas a rojeces y descamaciones en invierno debido a los cambios y contrastes de temperatura, que provocan vasoconstricciones y vasodilataciones. Evita ducharte o lavarte con agua muy caliente; el agua tibia es ideal ya que no reseca la piel.
Contorno de los ojos
La piel alrededor de los ojos es extremadamente frágil y sensible, siendo cinco veces más fina que el resto de la cara. El frío puede causar sequedad, bolsas y ojeras en esta área. Usa cremas específicas para el contorno de los ojos para mantenerla hidratada y protegida.
Resumen
Para disfrutar del invierno sin que el frío dañe tu piel, es esencial proteger las zonas más vulnerables y usar productos específicos para cada área del cuerpo. Mantén tus manos, labios, rostro y contorno de ojos bien cuidados para evitar los efectos negativos del frío extremo.