La Residencia Baigorri, ubicada en barrio Alta Córdoba, fue el último espacio inaugurado dentro del programa “Cimientos, construyendo un futuro sólido”, que ya alcanzó a 15 residencias bajo la órbita de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SeNAF). El plan, impulsado por el Ministerio de Desarrollo Humano, tiene como objetivo refuncionalizar de forma integral los hogares de protección estatal y devolverles dignidad a quienes los habitan.
Las obras no son menores: implican reubicación transitoria de los adolescentes, rediseño estructural, equipamiento completo y recuperación de espacios para el estudio, el descanso y la vida cotidiana. En el caso de Baigorri, una casa de cuatro dormitorios, se sumó un baño nuevo, se renovó otro existente, se demolió la antigua cocina para construir una más funcional, y se acondicionaron lavadero, sala para educadores y espacios comunes.
La remodelación abarcó más de 170 metros cuadrados con intervención estructural en techos, muros, desagües, sistemas eléctricos y sanitarios. Además, se restauraron aberturas, se pintó por completo y se entregó nuevo mobiliario, electrodomésticos (heladera, lavarropas, TV), colchones, cortinas y vajilla. Todo fue provisto a estrenar.
“Los edificios reflejan a las personas que los habitan”, expresó la ministra Liliana Montero durante la inauguración. “Este espacio era oscuro. Hoy es luminoso, impecable. Y eso genera otra disposición para quienes viven y trabajan acá”. También remarcó el rol de las cooperativas de la economía social, que fueron quienes ejecutaron las obras, alineadas con las políticas circulares que impulsa la cartera provincial.
Desde que comenzó el programa “Cimientos”, fueron intervenidas residencias de Córdoba Capital —como Los Naranjos, Suquía, Antonio del Viso, entre otras— y también del interior, en localidades como Río Cuarto, Cosquín, Wenceslao Escalante y San Francisco.
El equipo a cargo, liderado por el director Fabricio Bornancini, ya proyecta las próximas obras en las residencias Santa Cruz y Felisa Soaje, también en la ciudad de Córdoba. Cuando se completen, el plan inicial de trabajo habrá alcanzado a la totalidad de los hogares contemplados.
Más allá del ladrillo, el impacto es claro: donde antes había estructuras deterioradas y frías, hoy hay lugares que respiran cuidado, calidez y respeto. Casas que no sólo alojan, sino que también dignifican.