El epílogo de la campaña de verano se ha llevado por delante un total de 199.300 empleos, en el que ha sido el peor agosto desde 2019. El fin del periodo estival suele ser malo para el mercado laboral y este año no ha sido una excepción. El cierre de muchas empresas por vacaciones y el sector educativo, con la clausura de casales, cursillos de verano y demás actividades en la que entretener a los niños entre que finaliza un curso y empieza el siguiente, han marcado la estadística, que también refleja un leve repunte del desempleo.
El paro registró un leve repunte de 21.905 personas más apuntadas a las listas del Sepe, lo que representa un mayor incremento que el año pasado pero menor que hace dos años, hasta ubicar la cifra total de desempleados en los 2,42 millones de personas. En términos absolutos, es la cifra de paro más baja desde 2007.
En España, cuya economía todavía entraña altas dosis de temporalidad y estacionalidad, hay meses fatídicos para la ocupación y meses excelentes. De la misma manera que abril, que suele marcar el inicio de la campaña de Semana Santa, es de los segundos, enero y agosto pertenecen a los primeros.
En un mes en el que muchas empresas bajan su actividad a mínimos o directamente cuelgan el cartel de ‘cerrado por vacaciones‘ las contrataciones son mínimas y las rescisiones habituales.
No ha habido un agosto bueno para el empleo en toda la serie histórica, a excepción del singular 2020, marcado este por el coronavirus. En el resto de agostos de toda la estadística disponible se ha destruido empleo, por ese fenómeno de fin de ciclo veraniego. Y este año no ha sido una excepción. La nota positiva de un mes malo es que la inercia del empleo sigue siendo expansiva y los datos desestacionalizados revelan que la ocupación sigue creciendo.
La Seguridad Social perdió este mes pasado 199.300 afiliados, hasta situar la cifra total de ocupados en los 21,66 millones de trabajadores. España se encuentra actualmente en máximos de ocupación, pero se aleja temporalmente del ansiado y simbólico hito de los 22 millones de ocupados, que más que probablemente deberá esperar ya al año que viene, pues lo que queda del año no suele ser generoso en contrataciones.
El sector educativo fue el principal responsable de la pérdida de empleo, restando 75.000 asalariados a la estadística, si bien el retroceso fue transversal en la gran mayoría de actividades y únicamente la sanidad ha reforzado plantillas. El colectivo de autónomos también sufrió una contracción, leve, con 8.662 trabajadores por cuenta propia dándose de baja respecto al mes de julio y situando la cifra total en 3,4 millones de autoempleados.
Si por sectores el retroceso del empleo fue transversal, también lo fue por territorios. Apenas unas pocas autonomías (Baleares, Asturias, Cantabria y Canarias tuvieron un saldo en positivo, aunque fue testimonial) y fue Catalunya la que lideró la destrucción de ocupación (-63.562), seguida por la otra locomotora económica, Madrid (-42.275).
La inercia es positiva
«El empleo se ha comportado de forma parecida a otros agostos, incluso ha experimentado un crecimiento ligeramente superior al de 2024 en términos desestacionalizados», han defendido desde el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social.
Cada mes el Gobierno elabora un indicador para medir la evolución del empleo más allá de los altibajos propios de la coyuntura que denomina ‘datos desestacionalizados’. Estos indican que la ocupación creció en 29.836 personas, un ritmo muy similar al del mes anterior, aunque ligeramente inferior al registrado a inicio del ejercicio.
El mercado laboral español está logrando encadenar, pese a las múltiples distorsiones internacionales, una racha particularmente larga de crecimiento. Desde abril de 2021 que suma incrementos interanuales de la ocupación, en lo que son ya 53 meses consecutivos de incrementos y en los que ha sumado más de dos millones y medio de empleos.
Ello ha permitido una reducción progresiva del desempleo, con su menor cifra actualmente desde 2007, justo cuando estalló la burbuja inmobiliaria. Desde que estalló el covid el paro ha bajado en más de un millón de personas y «entre las personas jóvenes, el paro se mantiene por debajo de las 170.000 y acumula 52 meses de reducciones interanuales consecutivas», han destacado desde el Ministerio de Trabajo.
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