Las estafas que se perpetran a través de aplicaciones de mensajería como WhatsApp se han disparado en España desde hace varios años. Una de las más extendidas es la conocida como “el hijo en apuros”: un método que juega con la confianza y el miedo de los padres para lograr transferencias de dinero inmediatas.
El fraude funciona de manera muy simple: los delincuentes contactan con la víctima desde un número desconocido haciéndose pasar por un hijo o hija que asegura tener problemas con su teléfono. Una vez captada la atención, fingen una situación urgente en la que necesitan dinero de manera inmediata y, bajo presión emocional consiguen que los padres realicen transferencias a cuentas controladas por la red criminal.
Según datos de la Guardia Civil relativos al año pasado, este sistema ha provocado pérdidas millonarias: solo en la provincia de Alicante se han identificado 238 víctimas, con cantidades estafadas que van desde los 800 euros hasta los 55.000 euros en un único caso. La investigación policial, bautizada como Operación Hiwaso, ha terminado con la detención de 102 personas en provincias como Alicante, Madrid, Barcelona, Málaga o Valencia. En total el grupo había logrado defraudar casi 850.000 euros utilizando más de 500 cuentas bancarias y un centenar de líneas de teléfono dadas de alta con identidades falsas.
Aunque el golpe policial ha sido contundente, el problema no está resuelto. De hecho la Guardia Civil insiste en que este tipo de estafas siguen siendo un riesgo real y constante. Por ese motivo, han lanzado un mensaje a través de TikTok con un consejo muy concreto: establecer una palabra clave familiar.
En el vídeo publicado por el cuerpo de seguridad se escucha con claridad: “Para identificaros entre vosotros”. La idea es que las familias acuerden de antemano una contraseña sencilla que solo ellas conozcan y que sirva para comprobar rápidamente si el mensaje que llega desde un número nuevo corresponde de verdad al hijo, la hija o cualquier otro familiar.
La advertencia busca prevenir que más personas caigan en el engaño de los “falsos hijos en apuros”, un fraude que, pese a las múltiples detenciones, demuestra lo vulnerables que podemos ser cuando nos tocan la protección de quienes queremos.