Leo Messi, a sus 38 años, ya es campeón de liga en Estados Unidos y Jordi Alba y Sergio Busquets no pudieron cerrar de forma más feliz sus carreras futbolísticas. El Inter Miami derrotó en la final de la MLS Cup a los Vancouver Whitecaps y el proyecto que capitanea el argentino en el campo y David Beckham en la dirección ejecutiva se consagró ante la emergente audiencia norteamericana. Por primera vez la franquicia gana el título en un ambiente de fiesta exultante en la final más mediática de la historia de la competición.
Messi fue fichado hace dos temporadas para impulsar el campeonato y desde luego el área de negocio ha crecido de forma impactante. Pero a estas alturas ya se sabe que el rosarino nunca fue solo un producto de márketing. Messi está asociado con el éxito futbolístico, que no parece tener freno pese al paso de los años y su veteranía. Con la victoria de este sábado acumula ya 45 títulos en su carrera, más que nadie en la historia de un deporte en que ha sido el mejor.
Rodrigo De Paul y Leo Messi celebran el segundo tanto de Inter Miami en la final de la MLS Cup. / RICH STORRY / Getty Images via AFP
Lo más relevante es que su papel no fue ornamental. Tuvo un partido de apariciones, pero trascendentales. Volvió a ser decisivo en los tres goles de su equipo y se le vio peleando hasta por el último balón en disputa. Messi intervino ya en el primer gol, con una acción de habilidad, proyectó a la carrera a su compañero Allende y su pase cruzado fue introducido en propia puerta por Ocampo. No se había llegado ni a los 10 minutos de juego.
El Inter Miami sufrió desde el primer minuto de la segunda parte. Vancouver se lanzó a por el empate y el equipo de Javier Mascherano se echó atrás, empujado por el ímpetu canadiense. La igualada llegó a los 15 minutos de la reanudación. El portero de Miami, Rocco Ríos Novo, cantó. Pintaba mal la cosa para la escuadra de Florida, que jugaba en casa por el factor de triunfos en la temporada regular.
Y la fatalidad planeaba sobre Miami como una tormenta tropical de septiembre cuando Messi recuperó un balón como si fuera un centrocampista trotón. Se aprovechó de la torpeza de un defensor con el instinto avispado. Y de ahí, una asistencia en profundidad a su compatriota Rodrigo de Paul, el colega con el que se coló recientemente en el Camp Nou, que disparó con acierto para subir el 2-1.
Sergio Busquets, en la final de la MLS ante Andrés Cubas, de Vancouver. / Associated Press/LaPresse / LAP
El tercero tanto fue precedido de otra asistencia impresionante de Messi, que como tantas veces recibió de Alba. Control de pecho y pase por alto en profundidad a Allende, que no falló. Acumulaba con ese pase Messi 50 contribuciones de gol en esta temporada norteamericana. Impresionante se mire como se mire. Mascherano, en su primer año en Miami, se arrojó a los brazos de Alba. Busquets corrió a agasajar a Messi. Luis Suárez, que no jugó ningún minuto, también se fundió en la alegría colectiva. La alegría rosa se desparramó por toda Miami y toda Fort Laurdadale, donde se encuentra en el estadio de Inter.
Y Messi, como se decía, suma ya 45 títulos. 35 con el FC Barcelona, tres con el PSG, dos con Inter Miami, tres con la selección argentina, uno con la selección argentina sub-20 y otro con la sub-23. No hay carrera igual. Como si hiciera falta corroborarlo a estas alturas.
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