martes, 30 diciembre, 2025
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CRIMEN DE MANZANARES | Operación Mancanti: el asesino que se desahogaba en voz alta consigo mismo en un coche con micros de la UCO

Las grabaciones de sus soliloquios y desahogos mientras conducía su vehículo, incluidas en el sumario del caso, son una muestra inédita de los pensamientos de un asesino cuando sabe que una unidad de élite de la Guardia Civil está detrás de sus pasos. A veces Caba se indigna, a veces bromea con el paradero de los dos hombres a los que él está acusado de haber asesinado y tirado a sendos pozos, de donde meses después se recuperarían sus cadáveres.

En aquellos días de enero de 2023, sus últimas semanas en libertad, Caba llegaba a insultar al desaparecido y a su familia. Así, en uno de los audios se le escucha hablar con un amigo. Le dice: «Pues que lo busquen y ya está… A este que no saben dónde está, yo pensaba que lo conocía, porque yo ni sabía que se había ‘casao’ con una panchita…».

Critica también el retrato que los medios de comunicación hacen de él: «Pues es muy facha, dicen, muy facha… Y dicen, es que vendía armas. Pues claro que vendía armas, tenía una armería, hijos de puta, ¿cómo no voy a vender armas?«. Su cómplice Gaspar lee parte del reportaje de Prensa Ibérica: «Se dedica a casas, coches, armas… el conseguidor».

Dos pozos, dos cadáveres… y un asesino

A Antonio Caba le conocía medio Manzanares. De puertas afuera era un hombre sociable que hasta «hacía migas» con algunos agentes de la Guardia Civil, pero de puertas adentro solo era un corredor de fincas acuciado por deudas y embargos.

Según el escrito del fiscal, el primero de los empresarios, Jesús González, de 54 años y que estuvo desaparecido durante cuatro años, fue asesinado el 19 de junio de 2019, tras citarse con Antonio Caba en una nave de Manzanares. El empresario quería vender un coche, un Mercedes de su propiedad, y Caba le aseguró que tenía un amigo dispuesto a comprarlo. Aquella tarde, Caba debía entregar al empresario 14.000 euros en efectivo de la venta de ese vehículo.

«Fue en ese instante cuando el acusado, Antonio Caba, que tenía problemas económicos por entonces, acabó con la vida de Jesús María González de forma no determinada aún, en todo caso violenta, logrando hacer suyo el dinero de la venta del Mercedes», concluye el fiscal en su escrito.

Dos años y medio después de ese primer crimen, Caba y su compinche, Gaspar, «acordaron nuevamente ejecutar unos hechos similares», defiende el fiscal en su escrito. La víctima fue otro empresario de la zona, Juan Miguel Isla, de 58 años y padre de dos hijos.

Según la documentación del caso, Isla había vendido a dos hermanos empresarios una finca de su propiedad llamada ‘Monte Milla’, ubicada en Manzanares, por 1.350.000 euros. Lo hizo con la ayuda de Antonio Caba. El empresario había pactado cobrar esa cantidad mediante dos transferencias y cuatro entregas de dinero en efectivo, de 50.000 euros cada una. El día que fue asesinado, Isla cobró el último pago. Viajó con Caba hasta La Solana la mañana del 22 de julio, una cámara de tráfico captó una imagen de ambos cuando volvían a Manzanares a bordo del BMW de Caba. Es la última vez que se ve con vida al empresario, cuyo teléfono móvil deja de dar señal a las 12:14 horas.

El presunto asesino lleva en coche a su víctima, el día del crimen, en una imagen del sumario del caso.

Una hora y media después, a las 13:48, una cámara de seguridad graba el Renault Clio de Isla en la carretera de Manzanares con dirección Membrilla, pero quien lo conduce es uno de los detenidos, Gaspar. El hombre para en la estación de servicio ‘Virgen del Espino’, en Membrilla.

Otra cámara lo graba allí mientras echa gasolina y compra una Pepsi y un Bollycao, como muestra la imagen del sumario que acompaña este reportaje. Luego, sigue su camino hasta un descampado de Albacete, donde los investigadores recuperaron finalmente el vehículo y coge un autobús y un taxi para regresar a casa. Según su confesión, Caba le dio 500 euros a cambio de que ocultara el coche y tirara la llave.

Gaspar Rivera fue grabado en una estación de servicio mientras llevaba el coche de la víctima hasta Albacete.

Fue el hallazgo de ese coche, el 27 de enero de 2023, en un descampado de Albacete, lo que hizo que Caba y Rivera se pusieran nerviosos y cometieran errores que acabaron delatándolos. El día que la Guardia Civil encuentra el coche de Isla, Rivera, inquieto, llama por teléfono a Caba y le dice: «Tengo que hablar contigo». Ambos acuerdan verse en el garaje de Caba esa misma tarde. Los agentes consiguieron grabar parte de su conversación:

GASPAR RIVERA

«Me han visto»

ANTONIO CABA

«Hay que estar atentos a… por si… Algo traman… aunque no te hayan visto»

Desde entonces, Antonio Caba se sabía en el ojo del huracán. Amante de las armas, tomó muchas precauciones. No hablaba casi por su teléfono móvil e incluso lo dejaba en casa o en otro pueblo cuando no quería dejar huellas de los lugares a los que iba, como revela el sumario.

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