Un hombre de 32 años presentó una denuncia en la justicia de Río Negro luego de que un grupo de estafadores se contactó por él para tratar de chantajearlo utilizando material pedófilo con su imagen. Según denunció, las fotos estaban hechas con una app.
Según el relato de Felipe, la víctima, los estafadores lo contactaron por teléfono cuando se encontraba en viaje por una ruta en Neuquén. Primero, con una serie de llamadas. Como venía manejando, no atendió el teléfono, pero notó la insistencia.
A los pocos minutos, lo comenzaron a bombardear con mensajes por WhatsApp. Era un teléfono con característica 011, según le contó al diario LM Neuquén. Lo que le enviaban eran fotografías de contenido pornográfico, en el que estaban involucrados menores de edad y donde él mismo aparecía.
Alertado, decidió atender el teléfono. Del otro lado había una persona que comentó que se trataba de un fiscal y que estaba investigando una red de pedofilia. Le dijo además que él estaba señalado como uno de los sospechosos.
Inmediatamente después, fue al grano de la cuestión: le pidió 250 mil pesos para eliminar las fotos sin que nadie se entere. Una extorsión.
Felipe comentó que la situación le generó una enorme angustia y que, ante la sorpresa, tenía problemas en pensar con claridad sobre lo que estaba ocurriendo. Del otro lado, el falso fiscal lo apretaba advirtiéndole sobre las consecuencias que podría tener si la causa seguía investigándose.
Sin embargo, el estafador cometió un error que rompió el engaño cuando le advirtió a Leandro las consecuencias que podrían tener para su esposa y su hija. Él no está casado ni tiene ningún hijo. Allí reaccionó y pudo retomar el control de la situación. Le advirtió al falso fiscal que iría a la comisaría.
Allí cortaron la comunicación.
El hombre, vecino de Cipoletti y empleado en el sector petrolero, decidió ir a la justicia de Río negro y también de Neuquén para denunciar lo que le ocurrió. También habló con la prensa para dar a conocer el modus operandi y alertar a otras personas.
Según le explicaron, las bandas utilizan fotos en redes sociales y teléfonos móviles para sacar información y luego utilizan distintas aplicaciones para trucar las imágenes e insertar a las víctimas de la extorsión en lugares donde no estuvieron.
Una de las sospechas es que se trata de bandas delictivas que tendrían aguantaderos en Cipolletti. «No sabés si sos vos; después notas que son fotos trucadas», contó Felipe sobre esa primera impresión.
DB