Son ferreteras y revelan los pedidos más absurdos de sus clientes: “Hay hombres que no quieren ser atendidos”

Agustina y Sofía se volvieron virales mostrando cómo arman los pedidos en un comercio en Los Cardales. “Piensan que porque somos mujeres no sabemos del tema”, explicaron a TN.

07 de septiembre 2023, 08:52hs

Agustina y Sofía lograron volverse virales con su trabajo como ferreteras (Video: TikTok @aguslafrosciarodr).

Ni en los mejores sueños de Agustina y Sofía cabía la posibilidad de imaginar un éxito semejante. Compañeras de trabajo desde hace un año y amigas a partir de dicha conexión, lograron convertirse una fuente de consulta detrás del mostrador de la ferretería que día a día atienden en Los Cardales, partido de Exaltación de la Cruz.

Agustina se volvió ferretera luego de su primera experiencia como administrativa en el mismo comercio. “Cargaba las facturas de los proveedores y de a poco empecé a atender”, precisó. Sofía, en cambio, arrancó en otra ferretería como cajera y fue convocada por Agustina ante la necesidad de ampliar el personal.

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En diálogo con TN, tras volverse virales en TikTok, ambas coincidieron: “Trabajar en una ferretería es divertido y difícil al mismo tiempo. Sobre todo porque somos dos mujeres en una ferretería, y a veces cuesta que los clientes varones quieran que las atendamos”. Agustina agregó: “Piensan que porque somos mujeres no sabemos del tema”.

El éxito que ambas atraviesan en la red social tuvo su punto de partida en una idea que Sofía le trasladó a Agustina. “Nos mandaron una orden de compra con un montón de mercadería que teníamos que preparar, y Sofi me preguntó: ‘¿Qué te parece si hacemos un video para TikTok armando el pedido?’. Decidimos no actuar y ser nosotras, por eso a veces se ve que somos torpes y se nos caen las cosas. A la gente le gustó y el video se viralizó”.

Las ferreteras, además de ser compañeras de trabajo, son amigas y se divierten con los videos que publican (Video: TikTok @aguslafrosciarodr).

Entre los pedidos más absurdos y elocuentes, Agustina, de 31 años, precisó que les han llegado a preguntar por pallets de leche y hasta por un lavarropas. “Siempre buscan el coso del cosito. O el pituto que va puesto al costado del coso”, indicó.

Sofía continuó: “Una que pasa muy seguido es que vienen con un tornillo y te dicen: ‘¿tenés la rosca que va acá?’. Y el tornillo ya tiene la rosca, lo que están buscando es la tuerca”.

“O te dicen: ‘¿me das una broca?’. Porque hay gente que llama broca a las mechas. Le dicen broca a un montón de cosas. En una ferretería hay una palabra para todo, y tenés que preguntar específicamente a qué se refieren porque el mundo es muy amplio”, sostuvo Agustina.

“‘Dame un disco o dame un tornillo’. ¿Un disco o un tornillo para qué? Lo que nos da risa es que cuando empezamos a preguntar la gente se paraliza. Cuando era chica odiaba ir a comprar una ferretería porque me hacían esas preguntas que no podía contestar. Y hoy estamos en ese lugar, pero siempre con buena onda”, indicó Sofía.

La joven de 25 años, en sintonía con su compañera y amiga, remarcó: “Lo más tedioso es cuando un cliente quiere esperar a Marcos, el dueño, para que él lo atienda. O directamente preguntan por él, le decimos que llega a la tarde y se van. Esas cosas pasan. Hemos escuchado expresiones horribles, a veces no tiene sentido las cosas que suceden”.

“También tenemos que decir que la mayoría son copados y nos traen comida como agradecimiento por la atención y por haber conseguido cosas que en otros lugares quizá no pudieron. Nos regalan desde una docena de empanadas hasta medialunas y tortas. Nosotras felices, obviamente”, destacó Agustina.

En la ferretería Entrevías, ubicada en French 36, Marcos, el dueño, lidera un equipo en el que Sofía y Agustina se reparten las tareas desde las 8 de la mañana hasta las 19: la primera se dedica a atender al público y la segunda se aboca más a la administración y los proveedores.

“Un video nos marcó y mucho. Fue uno en el que aparece Marcos (que no es ferretero, sino contador) apenas dos segundos, pero todos quedaron enardecidos con el jefe. El trabajo de edición que hace Sofi quedó en un segundo plano. Ahí nos empezamos a viralizar”, sostuvo Agustina, que detalló: “Lo que nos dio la viralización es la posibilidad de aumentar la cantidad de proveedores. La mayoría nos ve y, como nos reímos de la situación, quieren trabajar con nosotros”.

“Nosotras por suerte atendemos un montón de mujeres que vienen con cara de ‘perdón lo que te estoy preguntando’. O tienen miedo de decir las cosas mal. Incentivamos a que se pierda ese temor, porque cuando nosotras empezamos la mayoría de las cosas no las conocíamos. Es aprender día a día”, completó Sofía.

Agustina concluyó: “Hay hombres que se intimidan en preguntar porque no saben tampoco y se encuentran con una mujer. De repente sienten que vienen a comprar algo que no saben qué es y se lo vendió una mujer. Les parece increíble”.