domingo, 24 agosto, 2025
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Claves ambientales en PBA #7: Mar Argentino y costa bonaerense

En la última nota de la serie Claves Ambientales tratamos las principales problemáticas del Mar Argentino y de las zonas costeras.

El Mar Argentino concentra una enorme biodiversidad como pudimos ver con el streaming del Conicet y Universidades. La costa bonaerense tiene acceso directo a estos ecosistemas pero también crecen las amenazas, como la exploración y explotación petrolera offshore, la erosión de playas, la sobrepesca ilegal y la contaminación por plásticos.

En 2021 se habilitó la exploración petrolera frente a las costas de Mar del Plata, con la promesa de inversiones millonarias. La respuesta desde abajo fue inmediata, organizaron el “Atlanticazo”, con miles en las calles bajo la consigna “el mar no se vende”. Desde entonces, las comunidades costeras y organizaciones socioambientales sostienen la resistencia, advirtiendo que los riesgos de más derrames, la afectación a la fauna marina y la dependencia del petróleo agravan la crisis climática.

En diciembre de 2023, un derrame de aproximadamente 950 litros de petróleo ocurrido frente a Puerto Rosales contaminó la Reserva Natural Bahía Blanca, Bahía Falsa y Bahía Verde, afectando al menos 40 hectáreas de ecosistema frágil, fundamental para aves migratorias y otros seres vivos. A pesar de la magnitud del daño ecológico, la limpieza apenas alcanzó el 20–25 % del área comprometida.

Semanas después, se repitió el derrame en la misma monoboya operada por Oiltanking Ebytem —una subsidiaria de capitales alemanes—, lo que desató una nueva ola de rechazo social y sumó denuncias penales. La respuesta colectiva no se hizo esperar, se impulsó un nuevo “Atlanticazo”, un grito unificado contra la exploración y explotación petrolera offshore que amenaza la vida en el mar.

Es de destacar que, en junio de este año, los portuarios de Oiltanking, organizados en el SUPA, decretaron un paro total y se negaron a trabajar en condiciones inseguras. Denunciaron maniobras riesgosas, falta de equipamiento adecuado, instalaciones peligrosas y complicidad de operadores tercerizados y el consorcio de gestión del Puerto Rosales.

Tanto el gobierno de Kicillof como el de Milei son responsables. No hay grieta cuando se trata de entregar el Mar Argentino. Desde la Provincia se otorgaron permisos y habilitaciones que favorecen a las petroleras, minimizando los impactos ambientales y dejando a las comunidades expuestas a los riesgos. A nivel nacional, Milei impulsa una desregulación ambiental a la medida de las corporaciones y consolidó el RIGI como un régimen de privilegios que fue replicado por la Provincia con algunos matices. Así, garantizan las ganancias de las multinacionales a costa de la salud de la población, los ecosistemas y las condiciones laborales.

Otra problemática es la erosión costera. La costa bonaerense sufre una pérdida acelerada de playas, con hasta más de un metro de arena perdida por año debido a varios factores. De acuerdo a especialistas como Federico Isla, Dr. en Cs. Naturales e investigador del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de la Universidad Nacional de Mar del Plata, la erosión es causada por un aumento en la frecuencia e intensidad de tormentas y sudestadas, el aumento del nivel del mar vinculado al cambio climático por el derretimiento de los glaciares, y la intervención humana directa con urbanizaciones, forestaciones inapropiadas y obras costeras sin planificación ambiental.

Citecus. Año 2020.

Municipios como Partido de la Costa, Mar Chiquita, Villa Gesell, Pinamar y Necochea son los más afectados. Esta situación destruye patrimonio costero, balnearios y afecta la calidad de vida y producciones locales.

La pesca ilegal —sobre todo de flotas extranjeras— depreda recursos y deja a miles de trabajadores locales en la precariedad. Se detecta principalmente en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) Argentina, que incluye desde la provincia de Buenos Aires hacia el sur. El foco más crítico es la milla 201, que es el límite exterior de la ZEE, a la altura de la costa patagónica, donde operan muchas flotas extranjeras que llevan a cabo actividades ilegales, principalmente buques con bandera china.

Por otro lado, la contaminación marina, se debe a la introducción de desechos u otras materias en el mar, resultante directa o indirectamente de actividades humanas, que tengan o puedan tener efectos perjudiciales. Según fuentes oficiales, más del 80% de la contaminación del mar proviene de las actividades humanas en el capitalismo como la producción industrial, agrícola o urbana, entre las más importantes. Además, los buques y las plataformas fijas generan residuos sólidos, líquidos y gaseosos, cuyo vertido sin tratamientos implican efectos contaminantes.

Una problemática que viene ganando espacio en los debates socioambientales, es la contaminación por plásticos y microplásticos, que se multiplica en mares y playas, afectando cadenas alimentarias y poniendo en riesgo la salud humana.

¿Qué dicen los principales espacios políticos?

  • La Libertad Avanza

    Niega la crisis climática y promueve sin matices la explotación offshore como negocio. El Gordo Dan, uno de los voceros del gobierno, salió a decir que “hay que reventar todo”.

  • Fuerza Patria

    Promulga la necesidad de conseguir divisas mediante el extractivismo. Por eso, quiere avanzar con los proyectos de exploración petrolera, en línea con YPF y socios extranjeros.

  • Frente de Izquierda

    Rechaza la explotación petrolera offshore y denuncia el extractivismo como causa estructural de la crisis climática. Propone prohibir la exploración en el Mar Argentino, un plan integral de protección de las costas con participación de trabajadores y comunidades, y una transición energética no atada a corporaciones.

***

La crisis socioambiental que atraviesa la provincia de Buenos Aires no es un problema aislado ni distante, está en el aire que respiramos, en el agua que tomamos, en las tierras que habitamos y en la salud de nuestras comunidades. Sin embargo, en la campaña electoral, estos temas siguen siendo invisibilizados, subordinados a la falsa polarización y a las promesas vacías.

El ausentismo y la desconexión con las urnas no expresan indiferencia política, sino un profundo desencanto con un sistema que reproduce desigualdades y privilegia los intereses del capital por sobre el derecho a un ambiente sano para todos y todas.

Frente a esto, es imprescindible recuperar la palabra desde abajo, exigir debates reales sobre basurales, saneamiento del Riachuelo, humedales, agrotóxicos, acceso al agua y adaptación climática. Porque decidir a quién votar no puede ser sólo una cuestión de imágenes y discursos vacíos, sino una oportunidad para poner en el centro las luchas que defienden la vida, la salud y el territorio.

¿Qué provincia queremos construir? ¿Con qué modelo productivo, qué planificación territorial? ¿Qué alianzas necesitamos para hacerlo? ¿Qué fuerza política expresa este camino?

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