En medio del olor penetrante de los químicos y el polvo blanco que cubría el aire del improvisado narcolaboratorio que funcionaba en la localidad bonaerense de Maquinista Savio, los investigadores dieron con una placa de hierro gastada por el uso. La figura en bajorrelieve era inconfundible: un delfín. Esa marca, repetida en distintos cargamentos de cocaína incautados en Argentina y en otros países de la región, vuelve a aparecer cada vez que cae una célula vinculada al imperio narco de Reynaldo Delfín Castedo.
Estampado en “ladrillos” de cocaína, el delfín identifica al proveedor, y al mismo tiempo sirve como una suerte de garantía de origen y calidad. Una señal de poder que trasciende fronteras y encarna la persistencia de un clan que, incluso tras las condenas de su jefe máximo, todavía intenta proyectar su sombra sobre el negocio multimillonario del tráfico de drogas.
Esta investigación, que permitió identificar a otro eslabón con ramificaciones en la cárcel federal de Marcos Paz, se inició en enero de 2020, a partir de un llamado a la línea 134 del Ministerio de Seguridad de la Nación.
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La denuncia anónima advertía sobre un grupo que vendía drogas en San Isidro y Tigre. Lo que parecía un caso barrial derivó en un expediente complejo, donde la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, y el fiscal Fernando Domínguez terminaron exponiendo una organización dedicada al comercio de cocaína, marihuana y drogas sintéticas.
Los pesquisas dieron con un “laboratorio casero” montado en una vivienda de Maquinista Savio. Allí, los panes de cocaína eran estirados con cafeína, lidocaína, fenacetina y otros químicos. Luego se los prensaba con maquinaria industrial y, como sello de autenticidad, se les estampaba la silueta del delfín.
En junio de 2024 se concretaron varios allanamientos. Los agentes secuestraron 13 kilos de marihuana, 5 de cocaína, dosis de “tusi”, armas de fuego, precursores químicos y máquinas para fabricar comprimidos. Trece personas fueron detenidas. Pero lo que más sorprendió fue la placa metálica con el símbolo del delfín. Los investigadores entendieron que no se trataba de una casualidad, sino de una marca registrada que remitía a Castedo.
Reaparición. El caso parecía cerrado, pero este año la organización volvió a dar señales de vida. Desde el penal de Marcos Paz, uno de los imputados retomó el control de la logística y dio órdenes a sus cómplices en libertad. Una mujer oficiaba como almacenadora de drogas sintéticas y otro integrante de la banda organizaba la distribución, según publicó el sitio fiscales.gob.ar
Más operativos. En agosto pasado se realizaron nuevos procedimientos. Esta vez, se incautaron 7 mil pastillas de diseño con formas llamativas –ositos, pistolas y fantasmas– que dieron positivo para metanfetaminas, efedrina, ketamina y otras sustancias. También hallaron cocaína prensada, lista para su comercialización, con el inconfundible sello del delfín.
Los investigadores comprobaron que la red había extendido sus operaciones más allá de la zona norte del Conurbano, con ramificaciones en la Ciudad y en la costa atlántica, donde abastecían fiestas electrónicas.
El martes pasado, la jueza Arroyo Salgado dictó el procesamiento con prisión preventiva de tres integrantes de esta célula y dispuso, además, embargos millonarios: 700 millones de pesos para el líder que operaba desde prisión y 500 millones para sus cómplices, una cifra que grafica la magnitud de la organización.
La magistrada señaló que “la magnitud de los bienes involucrados y la logística desplegada demuestran la existencia de una organización criminal con permanencia en el tiempo, destinada al tráfico de sustancias prohibidas”.
Fuentes del caso destacaron que, aunque se desarticuló una célula, “el clan que responde a Castedo sigue teniendo capacidad de regenerarse y operar con otros intermediarios”.
Pese a los años que “El Patrón del Norte” lleva en la cárcel su sello sigue apareciendo en los principales cargamentos de cocaína incautados en el país. En camiones interceptados en Tucumán, en cargamentos hallados en Rosario, en laboratorios desarticulados. Para algunos investigadores, se trata de la “marca registrada” de Castedo. Para otros, de un sello heredado por bandas asociadas.
“El Patrón del Norte”
R.P.
Reynaldo Delfín Castedo, conocido como “El Patrón del Norte”, es uno de los capos narcos más poderosos que tuvo la Argentina. Durante años controló el tráfico de drogas en la frontera entre Salta y Bolivia, donde su familia era dueña de más de 50 mil hectáreas de monte utilizadas como corredor narco.
En 2016 fue capturado tras estar diez años prófugo y en 2022 recibió una condena a 16 años de prisión por asociación ilícita y lavado de activos. En 2024 la Justicia confirmó además la pena de prisión perpetua para él y su hermano Raúl por el asesinato de la productora rural Liliana Ledesma, ocurrido en 2006, luego de que la mujer denunciara públicamente sus actividades ilegales.
A pesar de estar detenido en el penal de Ezeiza, los investigadores sostienen que mantiene influencia en operaciones de narcotráfico en Argentina y otros países de la región. Su nombre también aparece vinculado a la megacausa “Carbón Blanco”, el mayor contrabando de cocaína desde la Argentina hacia Europa.